Hace un año A Media Cuadra informa y opina sobre “acontecimientos que sospechosamente suceden en cualquier lugar. Intentamos estar con los buenos y en contra de los malos, guardando la más preciosa imparcialidad.”

Sus 8 miembros, enlazados con otras organizaciones que actúan en sincronía con proyectos de comunicación alternativa o en otro tipo de acciones educativas para que “esto cambie”, pasan la vista por sobre lo que ya nada nos dice. Descubren que los sentidos pueden despertar la mano si se giran los asuntos críticos: el disimulado sarcasmo, la sátira cazadora de rostros escondidos, el olvido de lo que nos concierne “…. allí A media cuadra, donde todo sucede como en otros lugares. A media cuadra está todo, lo global en lo local. Observe y lo podrá ver”.

Este año ganaron un Premio en Bogotá Capital del Libro para enseñar a leer y escribir. En sus talleres converge el recuento de su experiencia, las intervenciones lúcidas sobre cómo animarse a producir una nota periodística, videos, explicaciones y algo hecho con las manos.

Son conversadores, se le miden a la fotografía y al video, también reparten el periódico, caminan por el barrio. A media cuadra, su arte, la salvación al hábito gris, la rompe rutinas, la que hace estirar las horas más allá del deber y del placer.

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